sábado, 25 de agosto de 2012

Casi se electrocuta


Será difícil que el joven de 30 años accidentado en la madrugada del jueves en el Casco Viejo olvide el susto que sufrió esa noche. Por el momento le queda soportar las quemaduras que tiene en una mano tras recibir una descarga cuando tocó una derivación eléctrica de una farola en mal estado de la calle Zapatería.
Los hechos se produjeron cuando el hombre tomó contacto con su extremidad con el denominado 'vástago de protección' de la farola que estaba suelto, por lo que tocó unos cables pelados que le produjeron la descarga eléctrica. Debido a la intensidad del chispazo, el herido no pudo desprenderse del tubo de forma inmediata y tuvieron que ser los propios testigos del suceso quienes desacoplaron al joven de la fuente eléctrica.
Hasta el lugar se trasladaron bomberos de Aguirrelanda, quienes encontraron al chico en un aparente estado de ansiedad acompañado de otras personas que relataron cómo el herido había permanecido enganchado al tubo aislante de la farola.
La descarga ocasionó al hombre de 30 años quemaduras en su extremidad y, dado que los bomberos no pudieron valorar la gravedad de las heridas, tuvo que ser trasladado al hospital Santiago, donde fue tratado de las lesiones.
Por su parte, los efectivos del parque de Aguirrelanda procedieron a acordonar la zona con vallas y avisaron a la empresa responsable, Iberdrola, para que reparase la avería. El problema se encontraba ayer por la mañana ya resuelto.

Aviso de una hostelera
Según la dueña de un bar situado frente al lugar donde se produjeron los hechos, la envoltura del cableado eléctrico de la farola llevaba rota desde fiestas, cuando unos «vándalos sacudieron la tubería exterior hasta abrir el cableado», declaró la mujer.
Dada la peligrosidad que suponía que los cables estuvieran sueltos, la propia mujer dio aviso a las autoridades para solventar el problema y, mientras esperaba la reparación, alertó a los clientes del local para que estuvieran al tanto del riesgo que suponía acercarse a la verja metálica próxima a la farola.
Sin embargo, en un acto involuntario, el joven herido se apoyó el pasado jueves en esa valla con la mala suerte de tocar el revestimiento que le ocasionó la descarga eléctrica. Un aparatoso infortunio sin grandes consecuencias que, con el problema ya arreglado, no volverá a producirse.