
La parte más novedosa es precisamente aprovechar los desagües como una herramienta pedagógica ante situaciones de riesgo. Tras avisar a la ciudadanía, los estudiantes, geólogos y licenciados en Ciencias Ambientales, plantean que se haga una suelta programada que sirva para identificar el territorio fluvial, las tradicionales vegas inundables. El trabajo parte del siguiente argumento: la gran regulación de los ríos en general y del Zadorra en particular ha hecho perder la idea de que las riberas pueden ser zonas inundables, lo que conlleva una sensación de «falsa seguridad» que ha animado a ocupar las orillas para todo tipo de actividades.
Sin canalizaciones
Otro de los problemas de la regulación del agua a través de presas es la ruptura del ciclo de los ríos. Por ello, estos desembalses parciales permitirían remover los sedimentos y evitar la excesiva proliferación de vegetación en el cauce, lo que, a su vez, sería beneficioso ante episodios de riadas que se dan en los márgenes del río, que tendría una mayor capacidad de desagüe sin necesidad de realizar canalizaciones o dragados.
El trabajo destaca además que la propuesta conllevaría una mejor oxigenación del Zadorra aguas abajo del embalse y en suma supondría una mejora del estado ecológico del tramo medio del río. Todo ello resultaría muy interesante en este momento que se plantea la posibilidad de proponer su cuenca como candidata a ser Reserva de la Biosfera, además de ayudar a cumplir con la Directiva Marco del Agua a la que obliga Europa.